Hola

Mi historia de búsqueda personal empezó muy pronto. A los 18 años conocí el yoga y podría decirse que me salvó la vida. Llevaba desde los 12 años con un trastorno de conducta alimentaria que me tenía muy al límite. Mi relación con mi cuerpo y conmigo misma era bastante turbulenta. Sin embargo, poco a poco, sin más ni menos que la práctica de yoga, esa relación empezó a transformarse sin darme ni cuenta. Al empezar los días conectando con mi fuerza, mi vitalidad y agradeciendo mi cuerpo, no había hueco para conductas destructivas ya. El yoga, que conocí como una actividad física, ha sido todo un camino de profundización en mi interior permitiéndome conocerme, aceptarme y amarme profundamente.

 

La segunda parte de este camino empezó tras un accidente de paracaidismo en el que acabé con 11 huesos rotos y varios meses de silla de ruedas para pasar tiempo conmigo misma. Desde ahí, la meditación y las prácticas de respiración consciente se convirtieron en los dos pilares imprescindibles de mi práctica. Por supuesto, el yoga y el movimiento consciente me han permitido recuperarme de maravilla a nivel físico y estar aquí dando guerra. 

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Otra compañera de vida a la que debo grandes aprendizajes es a mi querida ansiedad. Ha estado presente en mi vida desde la adolescencia y tuve una época en la que parecía que tomaba el control. Los ataques de pánico recurrentes me hicieron  profundizar mucho más en mis prácticas de respiración. Ha sido sin duda el elemento clave que ha cambiado el juego.

 

Soy adicta al conocimiento y profundizar hasta la médula en todo lo que me interesa, por eso mi formación es muy amplia y aparentemente no relacionada. He estudiado Administración y Dirección de Empresas, dos másters en Desarrollo y en Emergencias Humanitarias, y ahora estoy en tercero de Psicología. También me formé como instructora de yoga, más tarde como profesora y he realizado varios cursos de meditación y respiración que me han cambiado la vida (sin exagerar ni un pelo). Por último, me encanta todo lo relacionado con el tantra y nuestra conexión con el placer y sigo formándome para poder expandir mi capacidad sensitiva y de conexión. 

 

En cuanto a mi experiencia laboral, empezó muy ligada a proyectos de impacto social. He vivido en Bangladesh, Uganda y Chile trabajando en diferentes proyectos sociales y también he trabajado en varias ONGs aquí en Madrid, especialmente en proyectos con mujeres. En paralelo a esto, me formé en yoga y empecé a dar clases en 2016. Poco a poco empecé a sentir que lo que compartía desde el yoga, aunque en apariencia más superficial, tenía un impacto muy bonito en la vida de las personas. Desde entonces he creado varios cursos de meditación, talleres de respiración, programas de mindfulness para adolescentes y encuentros presenciales de crecimiento personal. 

 

A raíz de una serie de cambios personales decidí dedicarme exclusivamente a esas cosas que me hacían feliz, con las que me sentía más plena y satisfecha: yoga, escalada y acompañar a gente bonita en sus procesos de búsqueda de bienestar.

 

Todo lo que comparto lo he probado yo antes y ha impactado mi vida de alguna manera.

Espero de corazón que también te sirva a ti.